Con el mundo entre los dedos

miércoles, 30 de noviembre de 2005

De política (caí igual)


Aunque mi intención era no tocasr el tema político ni las elecciones ni todo eso por estar ya desgastado en grado sumo, no pude ceder a la tentación y heme aquí escribiendo sobre lo que tanto quise evitar.

El resultado de las elecciones de este año me tiene sin mayor cuidado (siempre y cuando se mantenga en la centro izquierda, aunque más cercana a la izquierda que al centro), pero me ha llamado la atención últimamente el tenor de las reazones para votar o no votar por los distintos candidatos: desde "es que es el único que sé que va" hasta "es que es mujer", "es lindo" y "no le tengo confianza"... en fin, hoy escuché algo que me llamó la atención:

"Da lo mismo quién salga, igual vamos a tener que trabajar y los sueldos serán iguales"... Me quedé helada al oirlo y comprendí luego que lo que tanto le pedimos a los candidatos y alos parlamentarios es lo que estamos llamados a inculcar (nos)...

Hablo de rsponsabilidad cívica, de compromiso y amor por la patria no sólo para los partidos de fútbol, sino en las acciones de cada día, en la forma en que encaramos el trabajo o los estudios, en la manera en que nos relacionamos con las demás personas, en los grados de solidaridad social y confianza que alcanzamos.

Me siento fuera de lugar pidiendo que los Candidatos presenten como mínimo un plan global, una visión de país, cuando hay personas que no tienen ni la más mínima idea de qué es la política, de cuál es nuestro carácter soberano como pueblo, de cómo estamos llamados a organizarnos para ser quienes construyamos realmente la sociedad en la que queremos vivir. Me da lata que no seamos capaces de darnos cuenta de que los representantes no son más que representantes y las estructuras las crea el pueblo y no son tan difíciles de cambiar; sólo hay que saber arriesgarse.

En fin... no hay más que aprender este extraño arte de gobernar para y por los demás (y aplicarlo, por supuesto)

jueves, 24 de noviembre de 2005

Sobre los tabloides.

La vida es un teatro (o al menos así prefiero creerlo hoy); y mi posición en ella no es más que interpretar todos los papeles que pueda inventar.

Hay algo de liberador en este complejo camaleónico que no me hace cambiar de color según la ocasión, sino vestirme sin las antiguas ataduras para crear la posibilidad de expresar distintas facetas del carácter ecléctico que me define. Y ese algo liberador es la capacidad de romper con las repercuciones de una concepción lineal del tiempo, de las relaciones causales y todos aquellos esquemas que proponen un ordenamiento del mundo, pero vuelven rígida nuestras personalidades.

En otras palabras, estamos acostumbrados a creer que desde que una nace hasta que muere es la misma persona, posee los mismos atributos y una suerte de Destino griego nos acecha y hace caer siempre en los mismos errores. Lo entretenido es que lo único que de verdad conservamos es el nombre y el RUT, y algo de genética también... y eso sería todo.

Lo demás: el fenotipo, las enseñanzas, las ideas, los sentimientos y las reacciones mutan, se deforman, adquieren nuevos matices y luego los pierden. Por eso pensar en que somos la causa de nuestro futuro y el efecto de nuestro pasado es un error; tal como lo es pensar que vivimos a través del tiempo y son los segundos, horas y años los que nos mantienen siendo quienes somos.

Asumamos entonces: somos lo que el momento nos impulsa a ser (y aún así estamos llamados a construir una sociedad con otros... ¿quién entiende?. Sugiero considerar las contradicciones como un paso hacia nuevas creaciones)

Un abrazo y gracias por los posts anteriores.

viernes, 18 de noviembre de 2005

Acerca del blog

Como todo comienzo, éste puede resultar un tanto autorreferente.

"Con el mundo entre los dedos" como si me encontrase sentada en la playa intentando retener en mis manos un puñado de granos de arena...
Sí, como el chiste de Mafalda y su "maldita alegoría del sueldo" que se escapa sin poder ser contenido. Así es este mundo entre los dedos: inaprehensible, escurridizo, reiterativo y creador de estructuras regulares... desafiante, inexplorado y al mismo tiempo condenado a repetir una y otra vez sus procesos
¿Y por qué se muestra de este modo? Simplemente porque los humanos decidimos que podíamos moldearlo según nuestro parecer. Y comenzamos a desentrañarlo, a descubrirlo... digámoslo en serio: comenzamos a "inventarlo", a crear una serie lógicamente encadenada de ideas e intuiciones hasta llegar a un modelo que nos acomodara y nos permitiese entender los distintos fenómenos que ocurren sin explicación real alguna. ¿Resultado? Para los griegos el mundo era una especie de teatro con astros colgantes; después la Tierra fue plana y con límites tales que si uno se alejaba mucho se caía a quién sabe qué precipicio; y ahora creemos que es un geoide, que pertenece al Sistema Solar, que es parte de la Vía Láctea, que junto con millones de otras galaxias conforman el Universo (que aún se expande)... y más localmente creemos firmemente en la Evolución, en los Derechos del Hombre y en la superioridad del modela Capitalista
Sigo pensando que todo esto no es más que una suerte de ilusión colectiva y que algún día nos daremos cuenta de que el Mundo no es otra cosa que lo que pensamos de él y lo que hacemos con esos pensamientos. Suena esperanzador, al menos...

Un abrazo