Con el mundo entre los dedos

martes, 21 de marzo de 2006

El tiempo es tiempo...

"La vida no es
una página en blanco
es una
fe de erratas"
(Mario Benedetti)

La primera vez que leí estos versos encontré en ellos un secreto guardado, una enseñanza profunda sobre la naturaleza humana y de cómo esa naturaleza se va abriendo camino por la vida: enmendando errores, corrigiéndose, perfeccionando todo aquello perfectible; y aún más, volviendo sobre sí misma, intentando autoaprehenderse.

Sin embargo, hace unas semanas atrás me encuentro frente a esos mismos versos y les hallo un gusto amargo, a represión, a esclavitud...

Supongo que he vuelto a creer en la posibilidad de una vida no lineal, en la que los sucesos acaecidos anteriormente no repercutan en los venideros; una vida sin causalidad directa; una vida libre, lejos de las ataduras espaciotemporales. He vuelto a creer en la reinvención absoluta, en poder ser un ente diferente y distinto cada día, cada segundo, cada hora y sus meses, sin un tiempo definido, sin progresiones ni progresos, sin física clásica ni cuántica, sin arquetipos sociales... una vida en el Caos o una vida en la Nada (si se me permite).

Aunque se me pierda un poco la línea, quiero proponer mi simple e infantil convicción en la posibilidad de que la continuidad del tiempo no arrastre en su paso una suerte de continuidad emocional; que se pueda observar el paso del tiempo sin culpas ni enseñanzas, sino inventando en cada segundo un poema de rebeldía...